jueves, 27 de agosto de 2009

Historia del Paramecio, Cap. 1

Me estaba comiendo un yogur ese día. Ya nunca más serían las tapitas de lata. Ya no tenía tampoco ningún sentido chupar la tapita. Ya no podía no aparecerme el pedazo del auto que jamás me gané. En todo caso, el yogur estaba muy bueno: era de chirimoya que, como todos sabemos, es muy de gusto de paramecio.
Corrían los tiempos de definición: algunos hombres, otras mujeres. Todos se definían en algo. Y resulté yo ser un paramecio. A lo mejor debí comer más yogur de vainilla, y menos de chirimoya. Luego vino la lluvia, trayendo consigo el charco. No hablaré mucho de eso en todo caso. Lo más importante son los ciclos REM. No sabe nadie como cambian los ciclos siendo el paramecio. Que los límites se pierden cuando están osmorregulados.
El punto es sencillo: no sé si estoy despierto. Y mucho ya se ha dicho sobre el REM de los paramecios, que es un imposible. Como es de común saber, REM significa rapid eye movement… pero los paramecios no tenemos ojos. ¿Y al no poder nuestros ojos ausentes buscar entre sueños se nos ha vedado de todo soñar… si es que realmente soñamos? ¿Creería alguien acaso que no saber si sueño o si muero en vigilia no me haría llorar sólo porque los ojos me rehuyeron?
Y todo comenzó ese día en que la tapita ya nunca más sería de lata…

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